martes, 10 de noviembre de 2015

COMENTARIO DE TEXTO

Gonzalo de Berceo

Este texto es una de las introducciones alegóricas del libro “Milagros de Nuestra Señora” de Gonzalo de Berceo, el cual pertenece a la época del mester de clerecía del siglo XIII y representa la más extensa e importante obra de éste. Ésta es la única obra de esta época que no es anónima. El libro está compuesto por veinticinco milagros de la Virgen María, los cuales están precedidos de una introducción alegórica (texto del que desarrollaremos el comentario). En cada milagro, destaca la intervención de la Virgen para salvar a uno de sus devotos.

En su estructura externa, la métrica es común a la de todos los escritos de esta época, ya que está redactado en cuaderna vía. Cada estrofa está formada por cuatro versos alejandrinos (14 sílabas) que riman entre sí en consonancia: AAAA, con cesura tras la séptima sílaba. 

El tema del que trata es religioso y tiene finalidad didáctica ya que intenta mover a los lectores u oyentes a una vida recta (“Amigos y vasallos de Dios omnipotente” verso 1).

En este texto podemos apreciar rasgos de oralidad, ya que estas obras estaban pensadas para ser leídas en voz alta (“si escucharme quisierais de grado atentamente // yo os querría contar un suceso excelente:” verso 2 y 3). Se perciben rasgos de autoridad (“Yo, el maestro Gonzalo de Berceo llamado,” verso 5), los cuales no eran muy característicos de esta época ya que como hemos dicho antes, todas las obras exceptuando las de Gonzalo de Berceo eran anónimas. También destaca la familiaridad con la que está redactado el texto, siendo un estilo accesible con toques de humor, para lo cual hace uso de refranes, locuciones campesinas, etc (“Daban color soberbio las flores bien olientes, // refrescaban al par las caras y las mentes;” versos 9 y 10). Por último, encontramos rasgos ficticios dentro del texto (“en verano bien frías, en invierno calientes.” último verso).

En resumen, es un texto que refleja bastante bien las características del mester de clerecía, oponiéndose a la irregularidad del mester de juglaría.


MARINA CORDOVILLA SERRANO 
1º BACH D

domingo, 7 de junio de 2015

LA GENERACIÓN NINI

El término nini (ni estudia, ni trabaja) se introdujo por primera vez en Reino Unido en 1999 con la publicación de un informe elaborado por la Unidad de Exclusión Social de ese país.
Es una actitud adolescente y juvenil, caracterizada por el rechazo a estudiar y a trabajar. Este grupo está formado por personas que están buscando alguna forma de trabajar o estudiar, o por personas que son nini permanentemente debido a que ya no están interesados en buscar una solución para su vida laboral. A la mayoría de los ninis, les mantiene su familia.
España es el país europeo con más jóvenes que ni estudian ni trabajan desde 2008, cuando los ninis representaban el 15,3%.

Cada uno de esos jóvenes a los que se les llama nini, representan un conjunto de defectos del sistema productivo y educativo. Por un lado, se trata de un grupo muy dependiente de los servicios y la construcción en los últimos diez años, con poca oferta para titulados superiores y mucho empleo no cualificado.
En este momento encontrar un trabajo es bastante complicado y, además, volver a estudiar, tampoco es fácil.   

El problema de los ninis ha empeorado en los últimos años porque aunque ahora crecen rodeados de tecnología, tienen una gran dificultad para elaborar un proyecto de vida y poder emanciparse. Esta generación se encuentra con empleos mal remunerados, con contratos muy inestables y la formación educativa no es valorada a la hora de ser contratados. Esto les provoca angustia.

Otra de las razones por la que los nini sufren angustia es por la posibilidad de tener una calidad de vida inferior a la de sus padres.     



Marina Cordovilla Serrano 4ºB

lunes, 8 de diciembre de 2014

NUESTRA ESPAÑA (Carta al director)


En España cada vez hay más familias que no tienen dinero para poder comer, algo que se considera básico, y mientras tanto, los políticos se gastan el dinero en cosas un tanto innecesarias.
Por otro lado también está el tema de la sanidad y la educación. Que pasa, ¿solo hay posibilidad de cura para los ciudadanos que viven en países desarrollados? La prueba evidente la hemos tenido ahora con el Ébola. ¿Y las personas que viven en África, ellos no importan?
En cuanto a la educación, a este paso, los jóvenes vamos a tener que irnos a estudiar a otros países y por lo tanto buscar trabajo allí también.
En definitiva, en España, parece que en vez de avanzar, retrocedemos.


Marina Cordovilla Serrano





martes, 18 de noviembre de 2014

Don Juan "Terrorio"

PARTE II - ACTO II - ESCENA II

Juan y estatua de Gonzalo con zombies, fantasmas y licántropos que le acompañan.

Estatua: Aquí me tienes, don Juan, y vienen conmigo los que están reclamando tu eterno castigo. Mis compañeros de tumba, mis aliados.

Juan: ¡Jesús!

Estatua: ¿Y de qué te alteras, si eres un hombre que puede acabar con todos ellos verdad?

Juan: ¡Ay de mí!

Estatua: ¿Qué? ¿La patata se te desmaya?

Juan: No lo sé; creo si. No son sueños... ¡ellos son…, son…, son inmortales! Aunque el valor no me falta, me va faltando el sentido; no puedo con todos, son demasiados…

Estatua: Aquí concluye tu existencia.

Juan: ¿Qué dices loco?

Estatua: Lo que te avisó doña Inés, lo que te he avisado yo, y lo que olvidaste, idiota. Mas el festín que me has dado debo volverte.

Juan: ¿Qué me das?

Estatua: Te doy lo que tú serás. Aquí fuego, allí ceniza. ¡Al infierno contigo y con tus pensamientos!

Juan: Ceniza, bien, ¿pero fuego?, ¡yo soy indestructible, no podrá conmigo!

Estatua: El de la ira omnipotente donde arderás eternamente por tu desenfreno ciego ¡podrá contigo y con más si hace falta!

Juan: ¿Conque hay otra vida y otro mundo? ¿Conque es verdad, ¡ay de mí!, lo que no creí jamás? ¿Y ese reloj?

Estatua: Es lo que te queda de vida.

Juan: ¡Ya se me acaba la vida!

Estatua: Sí, en cada grano se va un instante de tu vida.

Juan: ¿Y ésos me quedan, no más? ¡Injusto Dios! Tu poder me haces ahora conocer cuando tiempo no me das de arrepentirme.

Estatua: Don Juan, todavía tienes una última oportunidad...

Juan: ¡Imposible en un momento, borrar treinta años de crímenes y delitos!

Estatua: (Suenan las campanas, las cuales tocan a muerto). Aprovéchale con tiento, porque el plazo va a acabar y las campanas están doblando por ti, y están cavando la fosa en que
te van a enterrar.

Juan: ¿Por mi doblan?

Estatua: Sí.

Juan: (Se oye el oficio de difuntos) ¿Y esos cantos funerales?

Estatua: Los salmos penitenciales por ti.

Juan: ¿Y aquel entierro que pasa?

Estatua: El tuyo.

Juan: ¿Muerto yo?         

Estatua: (Mirando a los zombies, fantasmas y lobos) Acabarán contigo mis queridos amigos.

Juan: ¡Ah! Por doquiera que fui la razón atropellé, la virtud escarnecí, la justicia burlé, y envenené cuanto vi. Yo a las cabañas bajé, yo a los palacios subí, yo los claustros escalé; y pues tal mi vida fue, no, no hay perdón para mí. (A los fantasmas)
Mas ahí estáis todavía con quietud tan pertinaz. Dejadme morir en paz.
¿Qué esperan de mí?

Estatua: Que mueras, para llevarse tu alma. Don Juan; se te acaba la vida, ya te queda poco. Dame la mano en señal de despedida.

Juan: ¿Ahora somos amigos?

Estatua: Sí; fui injusto contigo.

Juan: Toma, pues.

Estatua: (Le da la mano, que se la agarra fuertemente. Don Juan intenta soltarse pero no lo consigue. Lentamente se acercan los zombies, fantasmas y lobos hacia él.)
Ahora, don Juan, pues desperdicias también el momento que te dan, ¡ven conmigo al infierno y acabemos con esto de una vez!

Juan: ¡Aparta, piedra fingida! ¡Suelta! Suéltame esa mano, que aún queda el último grano en el reloj de mi vida. Suéltala, que si es verdad que me queda un oportunidad, yo, Santo Dios, creo en ti. Si es mi maldad inaudita, tu piedad es infinita... ¡Señor, ten piedad de mí!

Estatua: Ya es tarde.

(Finalmente los zombies rodean a don Juan y ayudados por los lobos y los fantasmas, atentan contra él.)

Juan: ¡No, no, no, no! ¡Atrás bestias inmundas, alejaos de mí! ¡Acabaré con vosotras si hace falta!

Estatua: No podrás, já, te superan en número y son más fuertes que tú.

Juan: Tienes razón Gonzalo. Venga adelante, acabad conmigo.

(En ese momento, los lobos comienzan a atacarle pero don Juan saca una espada y comienza a darles muerte)
Estatua: ¡Qué estás haciendo loco!

Juan: ¡Te dije que no podrían conmigo! (Pero en ese momento don Juan se despista y cae al suelo arrollado por un zombie) ¡No, por favor piedad, no quiero morir tan jovgeihsmhoks…!

(Llegado a este punto, los fantasmas se apoderan del alma de don Juan y los zombies y lobos comienzan a desgarrar el cuerpo sin vida de éste. La estatua de Gonzalo, vuelve a su posición original, pero esta vez con una sonrisa de satisfacción en la cara.)


FIN

lunes, 29 de septiembre de 2014

MI AUTORRETRATO LINGÜÍSTICO

Nací y me crié en un entorno monolingüe, así que en mis primeros años utilicé el español.
Empecé a dar mis primeras clases de inglés en infantil, con tres años y aunque ya en la televisión emitían programas infantiles en inglés, no me apetecía verles.
Mi primera salida de España a otro país en el que se hablaba otro idioma fue en el 2004 a Disney Land en París, por aquel entonces yo tenía unos 4 años, pero todavía no había tenido contacto con el francés y como era pequeña, no me enteraba de nada.
Fui otras dos veces a Francia, una vez a Bordeaux y otra a París, en esta última ya había empezado a dar francés en el instituto.
En 2005 fui a Londres con mis padres, así que fue la primera vez que tomé contacto con el inglés fuera de clase, pero me reitero, tampoco es que me enterase mucho.
En 2011 fui a Bruselas, allí se hablan varios idiomas. Conocí el Flamenco, un dialecto que se habla entre otros sitios en el norte de Bélgica.
Por último, el curso pasado, en Abril, hice un intercambio con alumnos de Irlanda del Norte en concreto en Limavady, allí tuve la oportunidad de practicar mi inglés en una familia en la que había cuatro hermanas y sus padres.
¡Ah!, se me olvidaba, en Santander hay una asociación de esperantistas y como mis padres conocían a el presidente de la asociación, me enseñó algunas palabras, pero al haber pasado bastante tiempo ya no me acuerdo de ninguna.
Aquí termina mi pequeña vida lingüística, de la que no me puedo quejar.